viernes, 4 de julio de 2014

Los parabenos parecen aumentar el riesgo de cáncer de mama



El Environmental Working Group (EWG) publicó una lista de las 12 peores sustancias químicas disruptoras de hormonas con las que podríamos estar en contacto regularmente. Según este grupo “El engaño que los disruptores endocrinos pueden hacer a nuestros cuerpos no tienen fin: va desde el aumento de la producción de ciertas hormonas, una disminución de la producción de otras, imitar a las hormonas, convertir una hormona en otra, interferir con la señalización hormonal, decirle a las células que mueran prematuramente, competir con los nutrientes esenciales, unirse a hormonas esenciales, acumularse en órganos que producen hormonas.”

El trabajo del EWG incluye muchos de los disruptores hormonales conocidos, pero también contiene otros menos conocidos, como el plomo, el mercurio y el arsénico.
El EWG recoge los 12 peores disruptores endocrinos: bisfenol-A (BPA), dioxina, atrazina, ftalatos, perclorato, retardantes de fuego, plomo, mercurio, arsénico, sustancias químicas perfluoradas (PFCs),  pesticidas organofosforados y esteres de glicol.
A principios de 2013, la Organización Mundial de la Salud  publicó un nuevo informe coproducido por el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, State of the Science of Endocrine Dirupting Chemicals. En el informe sugiere que se podría necesitar una prohibición del uso de sustancias químicas conocidas como disruptoras endocrinas para proteger la salud de las futuras generaciones.

El estudio conjunto ha sido promovido como el informe más completo sobre las sustancias químicas disruptoras de endocrinos hasta la fecha y también señala a muchos de los principales culpables, incluyendo el Bisfenol-A (BPA), PCBs, ftalatos y pesticidas agrícolas. De acuerdo con el informe “Los diversos sistemas afectados por los disruptores de endocrinos probablemente incluyan a todos los sistemas hormonales que van desde los que controlan el desarrollo y la función de los órganos reproductivos hasta los tejidos y órganos que regulan el metabolismo y la saciedad. Los efectos en estos sistemas pueden provocar obesidad, infertilidad, reducción de la fertilidad, problemas de memoria y aprendizaje, diabetes o enfermedades cardiovasculares, así como muchas otras enfermedades.”

La relación entre los disruptores endocrinos y el cáncer de mama es particularmente preocupante. Un estudio publicado el año pasado sugiere que los parabenos contenidos en los antitranspirantes y otros cosméticos, parecen aumentar el cáncer de mama. La investigación, que también fue revisada en una editorial publicada en el Journal of Applied Toxicology, investigó en dónde estaban apareciendo los tumores de mama y determinó que las cantidades más altas de parabenos se encontraban en los cuadrantes superiores de las mamas y el área de la axila, en donde por lo general se aplican los antitranspirantes, y en donde más tumores de mama son diagnosticados.

Sorprendentemente, los residuos de parabenos fueron encontrados en concentraciones de hasta un millón de veces más que los niveles de estrógeno (estradiol) encontrado en el tejido mamario humano. Claramente, estas sustancias químicas se están acumulando en concentraciones alarmantemente altas, probablemente debido a su uso diario.

Los parabenos inhiben el crecimiento de bacterias, hongos y moho y son utilizados como conservadores en un sin número de productos, incluyendo: desodorantes, champús y acondicionadores, geles, pastas dentales, lociones y bloqueadores solares, maquillajes, medicamentos farmacéuticos, aditivos alimenticios, etc.

Es importante saber que la piel es el órgano más grande y permeable. Todo lo que se ponga sobre ella terminará en el torrente sanguíneo y distribuido por todo el cuerpo. Una vez que estas sustancias entran en su cuerpo tienden a acumularse con el paso del tiempo.



Fuentes:


 

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