El debate sobre los riesgos
y beneficios de mamografías vuelve al centro de la polémica. Una de las últimas
investigaciones, publicada el pasado mes de abril, concluye que "aunque
esta prueba de screening salva la vida de algunas mujeres que padecen cáncer de
mama, es cierto que también detectan demasiados tumores que no ocasionan
problemas por sí solos".
"A más pruebas para
detectar el cáncer, más cáncer encontramos", dijo Nancy Keating, autora
principal del estudio que analiza décadas del uso de la mamografía, a The Wall
Street Journal. "Los beneficios de las mamografías son importantes, pero
sus daños potenciales pueden ser mayores de lo que se creía, lo que se debería
hacer es animar a los médicos y a las pacientes a tomar decisiones acerca de
cómo elegir de forma individualizada las pruebas diagnosticadas y los
tratamientos", prosiguieron los autores en su estudio.
Los resultados salen a la
luz tras otros dos informes, uno elaborado en Canadá con 90.000 mujeres y otro
publicado en el British Medical, que concluyeron "que las mamografías
ocasionan que las mujeres se sometan a tratamientos innecesarios como
radioterapia, quimioterapia, terapia inmunológica y cirugía, cuyos efectos
secundarios pueden durar años". "Estas pruebas no reducen la
mortalidad por cáncer de pecho más de lo que lo hacen las exploraciones físicas
o el cuidado, y tampoco son una ventaja a la hora de detectar un cáncer de
mama, que es tan pequeño que casi no se puede sentir al tacto", explicaba
la investigación realizada en Canadá.
Este último estudio,
publicado en el Journal of American
Medical Association y realizado por investigadores de Harvard Medical School and Brigham and Women’s Hospital (Boston),
ha analizado décadas de ensayos y estudios sobre mamografías desde los años
sesenta, con el fin de calcular los beneficios y los perjuicios que provocan en
las mujeres en distintas edades.
Los resultados muestran que las
mamografías reducen la mortalidad global por cáncer de mamá un 19%. Pero
también han concluido que otro 19% de los tumores encontrados tras 10 años
de mamografías fueron sobrediagnosticados, lo que significa que nunca hubieran
sido dañinos por sí solos, continúa el informe. Las mujeres menos beneficiadas
por esta prueba de screening, prosigue el estudio, son las más jóvenes. Se
estima que de que cada 10.000 mujeres de 40 años que llevan haciéndose
mamografías desde hace 10, solo 190 serán diagnosticadas con cáncer de mama.
De ellas, continúa la
investigación, 25 morirán, a pesar de someterse a distintos tratamientos, pero
36 habrán sido tratadas de forma innecesaria, porque el tumor hallado no era un
riesgo para su vida. En cuanto a las mujeres con 50 años, la investigación
concluye que 10 morirían por este tumor maligno de cada 10.000 que se someten a
la prueba anualmente durante 10 años. En las de 62 años, 42 fallecerían. En
cambio, 137 mujeres en la década de los cincuenta y 194 en la de los sesenta,
serían diagnosticadas y tratadas sin necesidad.
Además, los investigadores
descubrieron que el riesgo acumulado de un falso negativo era de cerca del 61%
para las mujeres en sus cuarenta y cincuenta años, lo que llevaría a
tratamientos innecesarios de cirugía, quimioterapia y radioterapia. Ciertos
medicamentos de quimioterapia, por ejemplo, dañan el corazón y aumentar el
riesgo de fallecer por enfermedad cardíaca. Y ninguno de los trabajos
estudiados pudo determinar si las mamografías reducían el riesgo de morir de
una mujer por cualquier causa.
La conclusión de que algunos
cánceres se sobretratan es muy polémica, y los más críticos señalan que,
“estudios como este”, solo se basan en estimaciones estadísticas. Es muy
difícil, incluso, para los científicos determinar si los tumores precancerosos,
conocidos como carcinoma ductal in situ, pueden llegar a convertirse en
malignos, por lo que casi siempre se tratan de forma agresiva.
En EE UU cada año se
realizan cerca de 37 millones de mamografías, a un coste medio de 100 dólares
cada una, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus
siglas en inglés). Cerca de tres tercios de las mujeres de 40 años o más se
sometió a una en 2012. Cerca de 225.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer
de mama en la nación cada año, de ellas, 40.000 mueren, según datos oficiales.
Esta prueba de detección le supone un gasto de 8.000 millones de dólares
anuales al Gobierno de EE UU, según explica The
Washington Post.
Las dudas sobre la
efectividad de las mamografías están encima de la mesa en EE UU desde el año
2009, cuando el US Preventive Services
Task Force cambió las recomendaciones sobre su uso. Aquel año, las
autoridades sanitarias de la nación decidieron que fueran las mujeres de 50
años, y no las de 40 años, las que se sometieran a esta prueba diagnóstica una
vez al año.