Numerosas encuestas revelan
que los pacientes no se atreven o no tienen la oportunidad de discutir el uso
de las terapias complementarias con su oncólogo. Esta situación solo perjudica
al paciente que puede sufrir los efectos secundarios derivados de una
interacción no deseada.
Con frecuencia creemos que
las plantas u otras terapias alternativas no hacen daño, y así es en la mayoría
de los casos pero dado que en el tratamiento del cáncer se utilizan fármacos
muy especiales no se puede tomar nada que no sea consultado con su oncólogo.
Entre las interacciones más
reconocidas que pueden darse entre el consumo de plantas, complejos vitamínicos
y suplementos nutricionales, y los
tratamientos convencionales para el cáncer se encuentran las siguientes:
*La llamada "hierba
se San Juan o Hypericum perforatum". Esta hierba activa el
funcionamiento de una enzima, proteína, del hígado ( P-4503A4). Se ha demostrado que su consumo cuando se está
recibiendo un fármaco anticanceroso como el irinotecan
(utilizado para el tratamiento del cáncer de colon o pulmón entre otros) reduce
los niveles del fármaco activo y por tanto su eficacia, así como aumenta su
toxicidad.
La hierba de San Juan puede
aumentar el efecto de los medicamentos indicados para la depresión. Puede
también interferir con los medicamentos utilizados para tratar la infección de
VIH y el cáncer.
Se podría deducir que otras
sustancias capaces de activar esa enzima como el agnus-castus, sanguinaria
canadensis, orégano, damiana y yuca podrían producir el mismo tipo de
interacciones.
Otras sustancias que sin
embargo a nivel preclínico puede inhibir el P-4503A4 (una enzima hepática) son
cannabinoides, Hydrastis canadensis, uña de gato (Uncaria tomentosa, Uncaria
guianensis), Equinacea angustifolia, manzanilla (Matricaria chamomilla), etc.
*El ginseng puede aumentar
los efectos estimulantes de la cafeína (al igual que lo hacen el té, las
bebidas gaseosas y el café). También pueden disminuir los niveles de azúcar en
sangre, con lo cual puede interactuar con medicamentos para la diabetes.
*Además, las sustancias
antioxidantes, como vitaminas A, C, y E, licopeno, té verde, soja,
melatonina, y selenio, no deben de utilizarse cuando se recibe tratamiento
oncológico, ya que algunos tratamientos utilizados en el cáncer dependen del
daño oxidativo que producen para actuar: radioterapia, fármacos alquilantes,
derivados del platino, antraciclinas, etc.
*Riesgo de sangrado: son
numerosísimas las sustancias capaces de aumentar el riesgo de sangrado como el Ginkgo
biloba, Serenoa repens y ajo (Allium sativum) por tanto no
hay que consumirlos si se va a ser sometido a una intervención quirúrgica y
sobre todo si además se están tomando fármacos anticoagulantes como heparina o
sintrom.
Sustancias con capacidad
estrogénica (Fitoestrógenos)
Este apartado es especialmente
importante en los casos de cáncer de mama hormonodependiente.
*Plantas potencialmente
fitoestrogénicas (contienen constituyentes que actúan como receptores de
estrógenos, agonistas estrogénicos y/o muestran propiedades estrogénicas en
estudios básicos, investigación con animales o ensayos con humanos): Alfalfa
(Medicago sativa), Cimicifuga racemosa, sanguinaria (Sanguinaria canadensis), Arctium
lappa, Humulus lupulus, kudzu (Pueraria lobata), regaliz (Glycyrrhiza glabra),
granada (Punica granatum), trébol rojo (Trifolium pratense), soja (Glycine max), timo
(Thymus vulgaris), Marrubium vulgare L., yuca (Yucca spp.), etc.
*Plantas potencialmente
fitoprogestágenas (contienen constituyentes que muestran actividad tipo
progestina en investigación básico y/o estudios con animales): Vitex
agnus-castus, sanguinaria (Sanguinaria canadensis), orégano (Oregano spp.),
damiana (Turnera spp.) y yuca (Yucca spp.)
*Sustancias que pueden causar daño
hepático
La lista de plantas y
suplementos que pueden producir inflamación del hígado es muy amplia, puesto
que es el órgano donde se metaboliza cualquier producto que se ingiera.
Conviene avisar a su médico para que no se confunda una alteración de la analítica
hepática con otro problema derivado de su enfermedad o tratamiento.
Múltiples plantas y
suplementos pueden causar hepatotoxicidad o transaminitis, según estudios
humanos de constituyentes hepatotóxicos, y deben ser usados con precaución en
combinación con otros agentes hepatotóxicos.
Algunas de estas plantas y suplementos con
potenciales efectos hepatotóxicos son: Blighia sapida, polen de
abeja, aceite de abedul (Betula lenta), cardo (Cnicus benedictus), borraja
(Borago officinalis), arbusto del té (Crotalaria spp.), Petasites hybridus,
chaparral (Larrea tridentate), tusilago (Tussilago farfara), Symphytum spp.,
dihydroepiandrosterona (DHEA), Echinacea purpurea, Echium spp., Teucrium
chamaedrys, Heliotropium spp., esculus hippocastanum, Jin-bu-huan (Lycopodium
serratum), kava (Piper methysticum), lobelia (Lobelia inflata),
L-tetrahydropalmatina (THP), mate (Ileus paraguayensis), niacina (vitamin B3),
niacinamida, té del paraguay (Ilex paraguayensis), vincapervinca (Catharanthus
roseus), Plantago lanceolata, Echium fastuosum, Ruta graveolus, sassafras
(Sassafras albidum), solideo (Scutellaria lateriflora),Senecio jacobea, Curcuma
longa, Tu-san-chi (Gynura segetum), uva ursi (Arctostaphylos uva-ursi Spreng),
valeriana (Valeriana officinalis), camaleón blanco (Atractylis gummifera) ,
etc.
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