viernes, 15 de agosto de 2014

El 70% de las mastectomías en el pecho sano no se deberían hacer


 
La mastectomía profiláctica contralateral es una cirugía que consiste en extirpar la mama sana cuando a una mujer le diagnostican un tumor en el otro pecho. Sin embargo, salvo en casos muy puntuales (en aquéllas de alto riesgo), esa agresiva cirugía no va a tener ningún efecto en su pronóstico. Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Surgery alerta del elevado número de mastectomías innecesarias, que se realizan movidas por el miedo sin una información adecuada.
En el caso de mujeres de alto riesgo, por su perfil genético o por sus antecedentes familiares, sí se suele aconsejar la extirpación preventiva de ambas mamas, una vez que el tumor aparece en una de ellas (en algunos casos, incluso antes). Sin embargo, ese subgrupo representa apenas el 10% de todas las mujeres, y en el resto de los casos el riesgo de sufrir un segundo tumor en el otro pecho es muy bajo (entre un 1% y un 3%, según las estadísticas).
Pese a ello y aunque no existe una evidencia científica que demuestre que la mastectomía contralateral mejora la supervivencia, muchas mujeres se plantean y, de hecho, se someten a una mastectomía profiláctica de la segunda mama 'aprovechando' el diagnóstico en la otra. De hecho, según el análisis realizado por Sarah Hawley y su equipo (de la Universidad de Michigan, EEUU) en un grupo de unas 1.500 mujeres, el 70% de las que se someten a esta doble cirugía no responde al perfil de riesgo que aconsejaría someterse a este tipo de cirugía de la mama (portadoras de los genes BRCA1 y 2 o con varios casos de cáncer de mama en su familia).
En España, como admite el doctor Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), no existen datos del número de mujeres que se someten a esta práctica. A su juicio, esta forma de mastectomía se puso de moda en EEUU hace una década pese a que "no se basa en un racional sólido y me temo que esconde intereses espúreos".
De las 1.477 mujeres con cáncer de mama participantes en el trabajo americano, el 18% de ellas había considerado seriamente extirparse la mama sana de manera preventiva, aunque finalmente sólo el 8% de ellas pasó por el quirófano. Las que finalmente llevaban a cabo su determinación eran aquéllas con mayor nivel educativo y, además, las que habían mostrado más preocupación por las recaídas en las encuestas previas, por lo que los autores temen que muchas de estas decisiones se toman en un contexto de miedo emocional y falta de información. También las que se habían hecho una resonancia magnética en el momento del diagnóstico tenían mayor riesgo de acabar operadas de ambos pechos.
Precisamente en un comentario que se publica en la misma revista, Shoshana Rosenberg y Ann Patridge, del Instituto Dana-Farber (Massachusetts), coinciden en que la ansiedad y el miedo a la recurrencia pueden marcar la toma de una decisión tan compleja, sobrevalorando los verdaderos beneficios de la mastectomía contralateral sobre sus posibles riesgos. Por eso aconsejan a médicos y pacientes que tomen una decisión informada, en la que la mujer conozca bien los pros y los contras, y se tengan en cuenta también sus circunstancias y percepciones personales.
Como recuerdan los autores del trabajo, hoy por hoy no se ha demostrado que quitarse el pecho sano de manera preventiva (en el grueso de las mujeres, no se refieren a aquéllas del alto riesgo), mejores sus probabilidades de supervivencia en el futuro; mientras que se trata de una cirugía de larga recuperación y con todas las posibilidades de complicaciones que conlleva entrar en un quirófano.

Extraído de El Mundo.es

 

martes, 12 de agosto de 2014

Una antena sobre tu casa puede significar un cáncer…


 

Una petición que ya suma 132.000 firmantes en España puso en tela de juicio la Ley de Telecomunicaciones aprobada a finales de abril, que permite según el Gobierno “redes ultrarrápidas” que “mejoran la protección al ciudadano”, según afirmaciones del Ministerio de la Industria, Energía y Turismo.
La petición promovida por la plataforma Change.org dice simplemente “retiren la ley de telecomunicaciones que permitirá a las compañías telefónicas expropiar azoteas para instalar antenas”. Los firmantes sostienen que “hay evidencias que relacionan la cercanía de estas antenas con el aumento de casos de cáncer”.
Sin que puedan hacer nada el dueño de la casa o las autoridades de la comunidad, ahora las compañías telefónicas podrán instalar en España sus antenas en cualquier azotea privada o de uso común, designándola ante el Ministerio de la Industria como “servidumbre de paso especial”.
Alexandra Sosa Gil, redactora de la petición advirtió que se “declara a las operadoras como posibles beneficiarios de la expropiación de bienes”. “No podemos permitir que este país siga remando en la dirección que imponen las grandes empresas, mientras los ciudadanos practican la supervivencia extrema”, agregó.
Una investigación de 2006 citada por la plataforma Contaminación Electromagnética del país, indica que en las personas que vivieron en la zona de los 400 metros de una antena durante algo más de tres años, “hubo más del triple de casos de cáncer”.
Un estudio de Alejandro Úbeda Maeso, Jefe de la Sección de Investigación Bioelectromagnética del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, detalló en la década pasada un conjunto de evidencias de los efectos electromagnéticos de la telefonía móvil, tanto a nivel celular, como casos de leucemia en niños y mayor número de cáncer después de unos 10 años.

Úbeda indicó que “comparada con otros países europeos, España presenta un retraso en materia de protección ciudadana ante exposiciones a campos electromagnéticos ambientales. Los ámbitos en los que nuestro retraso es más patente son: legislación y garantía del cumplimiento de las leyes, e información a los sectores interesados y control de la preocupación social.
Hoy, la preocupación ante la nueva Ley de Telecomunicaciones apunta al peligro de cáncer de acuerdo a la opinión de los más de 130 mil firmantes, respaldada por numerosas investigaciones.

Pero los ciéntificos también reclaman que el uso mismo de los móviles, especialmente dentro del hogar, tiene efectos que hay que considerar. El Dr. Andrei Tchernitchin, Director de Medio Ambiente del Colegio Médico en Chile, considera que los más afectados son los niños y las mujeres embarazadas. Un estudio sobre el tema se presentó años atrás a las autoridades del país, justamente para que se regulen las leyes en base a los riesgos de salud.
 
Los teléfonos móviles emiten radiaciones electromagnéticas de altas frecuencias para la transmisión de voz y datos hacia las antenas repetidoras y ondas electromagnéticas de bajas  frecuencias, asociadas a la funcionalidad del aparato telefónico mismo. En el estudio se determinaron distancias de las antenas en las que se encontró perjuicios en la salud.

Se destacó que las ondas de alta frecuencia tienen efectos que tardan en presentarse de 10 a 20 años. Al aplicar las mismas radiaciones a seres humanos y animales, se observó en los primeros un aumento de temperatura en la cabeza y en los animales, con el tiempo, un aumento de linfomas. Se observó, además, que la radiación actúa en la proteína supresora de tumores causando una acción toxica en los genes. Y se demostró que los  “los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos celulares alteran los electroencefalogramas”, principalmente durante actividades que involucran la memoria.
“Las posibles consecuencias a corto y largo plazo para la sociedad de exponer a los niños a la radiación de microondas de los dispositivos de comunicación celular debe ser reconocida responsablemente a nivel mundial”, declaró el Dr. Tchernitchin.
Por los amplios efectos encontrados, recomendó “evitar en lo posible el uso del teléfono móvil por los niños y también en mujeres embarazadas, y evitar acciones o propaganda comercial que incentiven el uso del teléfono por niños, tales como diseños infantiles de los dispositivos y juegos infantiles incluidos en dichos dispositivos, que incentivan el uso”.

Según la nueva ley española, no se determina distancias para la antenas pero sí “el control e inspección de los niveles únicos de emisión radioeléctrica tolerables y que no supongan un peligro para la salud pública”, lo cuales corresponderían a lo dispuesto por las recomendaciones de la Comisión Europea”, dice el boletín de la legislatura. En las bandas de radiofrecuencias “podrán, no obstante, preverse restricciones” (…)”cuando sea necesario para: a) Evitar interferencias perjudiciales. b) Proteger la salud pública frente a los campos electromagnéticos…”, agrega el documento.
Además, se permite sancionar temporalmente en calidad de urgencia cuando se detecta una “amenaza inmediata y grave para la seguridad pública o la salud pública o creen graves problemas económicos u operativos a otros suministradores o usuarios del espectro radioeléctrico”.

Publicado por Manuela Arte, La gran Época

miércoles, 6 de agosto de 2014

La filosofía del tratamiento del cáncer es que la mente debe permanecer pasiva mientras los médicos entran a saco


 
El doctor Deepak Chopra describe muy bien en estas líneas la anulación personal que se siente cuando eres paciente de cáncer: ¡Tú no sabes de esto! y ¡Suerte! fueron las dos cosas que yo más escuché. Con el “tú no sabes” intentan arrinconar cualquier iniciativa o participación que quieras tomar y, cuando escuchaba el “suerte”, algo en mi interior me hacía dudar de los tratamientos y protocolos a los que estaba siendo sometida.
"A diario, un médico ve personas con cáncer que han sido sometidas a un tratamiento u otro de consecuencias desastrosas y lo consideran un éxito porque las células cancerosas han desaparecido. No toman en consideración el desmejoramiento general del organismo, la amenaza de un cáncer ulterior debido al tratamiento en sí, ni el temor ni las depresiones en que suelen caer los enfermos que logran «curarse».
Vivir con un miedo constante, incluso sin tener cáncer, no es una señal de buena salud. La guerra no ha terminado; en lugar de combatir a la luz del día, el enemigo está agazapado, en posición de acecho.
La filosofía del tratamiento del cáncer es que la mente debe permanecer pasiva mientras los médicos entran a saco. Dicho de otro modo, se está estimulando un conflicto abierto en el sistema cuerpo-mente. ¿Cómo es posible que lo llamemos curación? En un conflicto entre la mente y el cuerpo, el paciente está combatiendo en dos frentes; pero sólo hay un cuerpo y una mente. ¿No es evidente, por tanto, que si hay un perdedor, habrá de ser él, el paciente?
No se trata de saber cómo ganar la guerra, sino cómo mantener la paz. Occidente no ha entendido que la manifestación física de una enfermedad sólo es un fantasma. Las células cancerosas que aterran al paciente y que los médicos combaten son también unos fantasmas; van y vienen, suscitando esperanza y desesperación, mientras el verdadero culpable, la memoria inquebrantable que genera la célula cancerosa, permanece agazapada en la sombra.
Exigimos que los enfermos demuestren heroísmo en un momento en que precisamente no están capacitados para ello, o jugamos con las cifras, transformando sus posibilidades de supervivencia en estadísticas.
El Ayurveda nos dice que hemos de buscar la causa de la enfermedad en un nivel más profundo de la conciencia donde poder hallar la vía de curación.

Cuando se es sencillamente uno mismo y no una «persona con cáncer», la reacción en cadena de la respuesta inmunológica con sus centenares de operaciones precisamente cronometradas, se dispara entonces firmemente decidida a ganar la batalla.
Pero, a partir del momento en que uno se deja invadir por un sentimiento de impotencia y miedo, esta cadena se rompe. Los neuropéptidos asociados a las emociones negativas se propagan, se fijan a las células inmunológicas y la respuesta inmunológica pierde su eficacia.
En este punto nace la paradoja: si no diéramos tanta importancia al cáncer y reaccionáramos ante él como ante algo tan normal como la gripe, tendríamos más posibilidades de restablecer la salud. Sin embargo, el diagnóstico del cáncer hace que el paciente se sienta muy anormal. El diagnóstico en sí es el punto de partida del círculo vicioso, como una serpiente que se muerde la cola hasta acabar consigo.

El hecho de que sus emociones se sitúen en un plano tan hondo no significa que los enfermos de cáncer no puedan modificarlas. Pueden dominar su sentimiento de impotencia y desesperación yendo hacia un nivel aún más profundo."


La curación Cuántica. Deepak Chopra. Páginas 83-85

domingo, 3 de agosto de 2014

El cáncer: ¿Tiene cura…?


Durante el tiempo que trataba de recopilar información sobre quimioterapia tope en varios blogs con los artículos y experiencias publicados por Javier Herráez. El descubrimiento de un oncólogo que tenía tantas dudas sobre los tratamientos estandarizados de cáncer y que apostaba por un proceso de curación interno de cada persona, me dio fuerzas para tomar mis propias decisiones sobre esta llamada “enfermedad” que yo no percibía como tal porque nunca me sentí enferma.
Lo que sigue es una reseña de la entrevista realizada al Dr. Herráez por Alicia Ninou:
"Javier Herráez es un médico valiente que se atreve a hablar claramente sobre su experiencia profesional como oncólogo en el sistema sanitario español. Asaltado por las dudas éticas hacia los agresivos tratamientos contra el cáncer, cuestionado por otros oncólogos a causa de los tratamientos que pautaba, harto de extrañas desapariciones de historiales clínicos de algunos de sus pacientes… decidió finalmente dimitir de su cargo al frente de un servicio de oncología en Lanzarote, y tomar otra dirección en su vocación médica.
Ahora Javier trabaja por su cuenta como médico oncólogo y naturista, en lo que podríamos llamar Oncología Integrativa. Sigue investigando nuevas opciones terapéuticas, como por ejemplo, los diez años que lleva formándose en la Germánica Nueva Medicina, descubierta por el médico alemán Ryke Geerd Hamer. Medicina que ha sido y sigue siendo perseguida en algunos países, y denostada por el sistema médico occidental. Aún así, reconoce que es la Medicina que le ha ayudado a entender cómo funciona el cuerpo humano y la que le ha reconciliado con su vocación.
Con él hemos hablado de muchos de los tratamientos efectivos contra el cáncer, pero que extrañamente, no se usan. ¿Por qué siguen sin tenerse en cuenta investigaciones de científicos tan reputados como Heinrich Kremer o Wilhelm Reich (por citar sólo dos) y aplicándose tratamientos tan agresivos como la quimioterapia, cuando existe un amplio abanico de opciones que podrían estar usándose? ¿Por qué no se siguen investigando tratamientos con visos de grandes resultados y se archivan o se deniegan los estudios clínicos pertinentes? ¿Por qué no se destinan fondos y recursos a estudiar la etiopatología del cáncer y las nuevas opciones terapéuticas y sí se destinan al estudio de tratamientos clásicos como la quimioterapia o la radioterapia?

Javier Herráez aboga por una nueva medicina integrativa, en la cual se aproveche lo mejor de cada uno de los sistema médicos existentes, en la cual el paciente pueda elegir libremente la opción terapéutica y siempre, con la mirada puesta en que el remedio externo no existe, que sólo es una ayuda en el proceso curativo, pues en última instancia, siempre es el paciente quien se sana".
 
 
Publicado en Time for Truth