sábado, 26 de abril de 2014

El primer riesgo prevenible en cáncer de mama es la exposición química ambiental



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Yo no tenía ni idea de factores de riesgo en la exposición medioambiental, ni de disruptores endocrinos, ni de nada de eso. Ahora es un tema que me interesa especialmente y que, además, se relaciona estrechamente con los cánceres hormonodependientes, como el de mama.

Desde hace tiempo he cambiado muchos hábitos de higiene, siguiendo, en la medida que puedo la frase " no utilices en tu cuerpo nada que no te puedas comer". En el mercado existen muchos productos de higiene ecológicos pero yo estoy usando todos los naturales que puedo: bicarbonato disuelto en agua como desodorante, aceite de coco para hidratar la piel y el pelo, jabón de Alepo para el cuerpo, etc.


También tengo especial cuidado en utilizar lo menos posible utensilios y objetos de plástico tanto en mi uso personal como en la cocina.

 


Nicolás Olea es uno de los puntales de la medicina ambiental en España. Ha estudiado mucho sobre los efectos de determinados compuestos químicos en enfermedades como el cáncer de mama. La exposición a sustancias contenidas en pesticidas, plásticos y cosméticos son tres los factores que él asocia al incremento de esta patología. 

 ¿Qué es lo que lleva a un médico a analizar los factores ambientales que intervienen en el cáncer de mama? 
 
-En el 82 me fui a Boston para estudiar el cáncer de próstata. Tenía que hacer un test y no me salía una prueba bien. Fue un fracaso completo, creían que había contaminado el laboratorio y el problema era que los tubos de plástico donde guardaba los sueros de los enfermos se estrogenizaban. Empezamos a tirar del hilo y vi que el plástico era el que estaba interfiriendo en mi trabajo. 
 
-¿Qué efecto tiene la exposición a esas sustancias sobre la salud humana? 
 
-Lo que se presentó inicialmente como una hipótesis curiosa cada vez está más consolidada y es que la exposición química ambiental de la población es muy importante en cuanto a cantidad de compuestos químicos, variedad y frecuencia. Muchos de esos compuestos, clasificados durante años como inertes, pueden actuar de forma combinada y tener un efecto hormonal. 
 
-¿Qué compuestos son? 
 
-Son muy diversos: pesticidas antiguos, componentes de los plásticos, cosméticos... Una exposición prolongada y en bajas dosis pueden provocar un efecto «cóctel» sobre la salud humana. 
 
-¿Qué evidencias hay? 
 
-En especies animales es llamativo y abrumador: el cambio de sexo en los peces del río Ebro y el desarrollo de pene en las hembras de moluscos de las rías gallegas. Cuando esas alteraciones ambientales hormonales pasan a la especie humana se relaciona con problemas en el desarrollo de los niños: cada vez vemos más casos de cáncer testicular, que era uno de los menos frecuentes. En la mujer toda la atención está en cáncer de mama y cómo la exposición química ambiental contribuye, junto con otros factores, a elevar las cifras de incidencia. Los talatos, por ejemplo, son disruptores endocrinos, actúan cambiando el equilibrio hormonal del organismo. 
 
-¿Dónde está el peligro? 

-No es una cuestión de exponerse a uno o dos compuestos muy tóxicos sino que ahora es la exposición generalizada de la población a niveles bajos. Se considera que desde el año 1900 hasta ahora la sociedad industrial ha desarrollado unos 114.000 compuestos químicos; eso en el censo más cauto. Esos compuestos no tenían parangón en la naturaleza y la actividad hormonal ligada a ellos es de unos 600. Es una pieza más en el desarrollo el cáncer de mama. 

-¿Alguna recomendación? 

-La adherencia de los perfumes a la piel está basada en los talatos, que se absorben y se incorporan al organismo. Es igual que cuando una mujer embarazada se echa crema por la barriga: alguien le va a tener que decir algo alguna vez. En esos momentos la susceptibilidad hormonal del organismo es altísima. En protectores solares hay que buscar cremas basadas en minerales, son más feas porque dejan una capa blanca sobre la piel pero no tienen química. Sobre todo, hay que incidir durante el embarazo dando consejos y mensajes muy sencillos. 

-¿Se puede evitar la exposición a esos compuestos? 

-Los grandes factores de protección contra el cáncer de mama en la serie estudiada en la Universidad de Granada es parir antes de los 19 años, tener más de cuatro hijos y acumular 36 meses de lactancia, que es el perfil de las abuelas de ahora. Pero no vamos a aconsejar que se cambien los patrones de la vida moderna en salud reproductiva. Lo que sí está claro es que el primer factor de riesgo prevenible es la exposición química ambiental. 

-¿Qué me dice de los pesticidas y de los plásticos? 

- Hay gente que ha optado por la agricultura ecológica. No hay evidencias de que ofrezca mejores productos pero sí es cierto que supone una menor exposición porque no ha habido un tratamiento químico. El uso de plásticos alimentarios también representa un porcentaje importante de exposición a compuestos químicos. El compuesto más frecuente en la sangre del americano medio en los años 60 fue el DDT (dicloro difenil tricloroetano). Hoy el más abundante son los plásticos de las sartenes de tefal. Todo ese invento de incorporación de plásticos a nuestras vidas tiene un precio. 

-¿Cuándo va a actuar la Administración? 

-Nunca. Probablemente no tiene capacidad, pero tampoco tiene valor para hacerlo público, creen que todo esto es alarma social. La Administración no es un árbitro en salud humana, debe estar siempre de parte de quien representa y debe ser valedora de la salud de la gente, además de ser completamente cauta y anticipadora. 

-¿Qué propone? 

-La Administración cree que controla, ha centrado todo el gasto en el diagnóstico precoz y en el tratamiento pero al final hay que empezar a incorporar el discurso de la prevención en la medicina. Hasta ahora la evaluación de riesgos se ha basado en la demostración del daño, esto es, que alguien tiene que fastidiarse antes para que alguien decida. Dice la Unión Europea que las decisiones deberían estar basadas en el principio de precaución o cautela. 

Nicolás Olea 

Es catedrático de Medicina Interna en la Universidad de Granada y coordinador de Investigación del Hospital Clínico de Granada. Su especialidad es la radiología y la oncología. Terminó la carrera de Medicina en 1977 y lleva 33 años en el ejercicio de la profesión, 14 de ellos como catedrático universitario. Trabaja en investigación en el cáncer de mama. En 1982 se fue a estudiar a Bruselas para profundizar en este campo. De allí dio el salto a EE UU y comenzó a investigar en Boston sobre cáncer de próstata. Un estudio de laboratorio fallido le llevó a estudiar los efectos que tiene sobre la salud humana la exposición continuada a diferentes sustancias químicas.


Extraído del blog Mis recetas anticáncer

 

Una dieta rica en tomate puede disminuir el riesgo de padecer cáncer de mama


 


Consumir un tomate al día aumenta la producción de una hormona llamada adiponectina, esencial para la prevención del cáncer de mama.
 
 ¿Cuál es el papel de la adipopectina? Se trata de una hormona  que regula el metabolismo de las grasas y el del azúcar. El tenerla controlada influye en que evitemos el cáncer de mama. Cuanto mayor es la producción de adinopectina menos riesgo de sufrir cáncer de mama. Tomando todos los días tomate los niveles de adinopectina se incrementan en un 9%. Sin embargo, el alto consumo de soja disminuye la cantidad de adinopectina

Se ha demostrado que el tomate es rico en vitamina A y C y muy rico en licopeno que nos ayuda a prevenir el cáncer de próstata y mama.

 

Llanos AA1, Peng J, Pennell ML, Krok JL, Vitolins MZ, Degraffinreid CR, Paskett ED.

Effects of tomato and soy on serum adipokine concentrations in postmenopausal women at increased breast cancer risk: a cross-over dietary intervention trial.

J Clin Endocrinol Metab. 2014 Feb;99(2):625-32. doi: 10.1210/jc.2013-3222. Epub 2014 Jan 1.

 
Extraído del Blog Mis recetas anticáncer

viernes, 25 de abril de 2014

La Totalidad, La Unidad






Este video llego en un momento importante para mí. Estaba muy cansada del tratamiento de hormonoterapia que llevaba, ya había dejado de tomar el medicamento arimidex y me estaba cuestionando dejar de ponerme el otro medicamento, zoladex trimestral, que me provocaba una menopausia inducida. Como siempre ocurre las decisiones llegan cuando uno está preparado para ello. Y yo estaba ya preparada para dejar la medicación, no quería saber nada de opiniones médicas sobre la misma, no quería más información, dejé la medicación, y ya está. No volví a pensar en ella, fue para mí así de sencillo.
 

De nuevo cuestionado el cribado de cáncer de mama mediante mamografías





Ha habido novedades entorno al cribado de cáncer de mama mediante mamografías. Se ha publicado en la revista médica British Medical Journal (BMJ) probablemente el mejor trabajo de investigación hasta la fecha sobre el efecto del cribado del cáncer de mama con mamografías periódicas a las mujeres, tras 25 años de seguimiento.

Lleva por título Twenty five year follow-up for breast cancer incidence and mortality of the Canadian National Breast Screening Study: randomised screening trial. Abel Novoa, médico y coordinador actual de la Plataforma No Gracias de sanitarios por la transparencia en las relaciones con las industrias médicas escribe al respecto de su importancia: "es uno de esos que probablemente marquen el principio del fin de los cribados poblacionales mediante mamografía. Aquí traducimos el contundente editorial también del BMJ al respecto y que denuncia como son las creencias no científicas y los intereses creados entre los médicos los que mantienen en este momento los programas de cribado del cáncer de mama”.

Los resultados de este trabajo de BMJ ya los adelantaban Peter C Gøtzsche, director del Centro Cochcrane (baluarte de la MBE) y Ole Olsen hace 14 años en su atacado meta-análisis del 2000, publicado en otra “biblia” de la evidencia, The Lancet, Is screening for breast cancer with mammography justifiable? El cribado no salva vidas pero hace daño.

El mega estudio canadiense viene a avalar lo que se lleva argumentando ya tiempo de las mamografías. En términos absolutos, hay un gran porcentaje de falsos positivos (mujeres a las que se les dice que tiene cáncer pero luego resulta que no es verdad) y sobrediagnóstico (mujeres a las que se les detecta un tumor cancerígeno pero que nunca llega a dañarlas) y por ello sobretratamiento y daño.

 
 Extraído de Miguel Jara

 

Los pacientes de cáncer ignoran que la quimioterapia no cura el cáncer


 



Durante mi proceso de cáncer está fue la decisión que más me costó tomar, si darme quimioterapia o no. Fue un mes muy duro hasta llegar a tomar la decisión de que no lo haría. Las dos cosas más importantes que pasaron fue un sueño revelador que tuve y del que me desperté con el convencimiento de que no podía darme quimioterapia, de que si tenía que morir así seria, pero no podía hacerme eso a mí misma. La otra cosa importante fue el hallazgo en internet de un megaestudio realizado en Australia que recogía la baja efectividad curativa de la quimioterapia.
Los principales investigadores médicos están empezando a admitir que los fármacos tóxicos de quimioterapia no hacen absolutamente nada para curar el cáncer y con frecuencia son la causa de que los pacientes de cáncer mueran mucho más rápido de lo que lo harían sin seguir el llamado “tratamiento”. La Dra. Deborah Schrag, del Instituto Dana-Farber de Boston y sus colegas dejaron salir al conejo fuera del sombrero en un reciente estudio que publicaron en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), que reveló que la mayoría de los pacientes con cáncer no tienen idea de que su enfermedad nunca será curada con la quimioterapia.
De acuerdo con los resultados del estudio, hasta un 69 por ciento de los pacientes terminales de cáncer de pulmón y el 81 por ciento de los pacientes con cáncer colorrectal en fase terminal no tiene ni idea de que los fármacos de quimioterapia son completamente incapaces de curar su cáncer. A pesar de que se dice que pueden ayudar a algunos pacientes con cáncer a vivir una vida un poco más larga, la quimioterapia ciertamente no detiene el crecimiento o la propagación de las células cancerosas y los tumores, lo que significa que muchos de los pacientes que optan por el tratamiento no se les dice la verdad sobre sus graves defectos.
“Aqui se hace mucho daño por carecer de pacientes que entiendan la finalidad de la enfermedad”, dijo el Dr. Hossein Borghaei, oncólogo del Fox Chase Cancer Center en Filadelfia, quien no participó en la investigación. “[Los medicamentos quimioterapéuticos] son ​​muy poderosos, tienen una gran cantidad de efectos secundarios, la quimioterapia te daña más de lo que te ayuda, y de hecho puede acortar tu vida. Todo esto debe ser tomado en cuenta”.
La quimioterapia provoca más casos de cáncer y disminuye las posibilidades de supervivencia de los pacientes.
Otro dato importante de esta realidad que a menudo se deja fuera de las discusiones de los oncólogos con sus pacientes es que los pacientes que sobreviven de alguna manera a su cáncer después del envenenamiento de la quimioterapia lo hacen a pesar del tratamiento, y no gracias a él. El envenenamiento del cuerpo con productos químicos que se hace a través de la quimioterapia sólo termina por destruir el sistema inmune y provoca el fallo de los órganos corporales, lo que obviamente reduce la vida útil en lugar de alargarla.
En agosto, se reveló que la quimioterapia en realidad fomenta el crecimiento de las células cancerosas, lo que contradice muchas décadas de desinformación médica que continúa alegando que la quimioterapia tiene como objetivo la destrucción de las células cancerosas. En otras palabras, cualquier posibilidad de recuperación que pudiera tener el cuerpo es prácticamente eliminada como resultado de la quimioterapia, ya que el tratamiento destruye literalmente nuestros factores inmunes contra el cáncer.
“Tradicionalmente las terapias del cáncer como la cirugía, la quimioterapia y la radiación no destruyen el pequeño número de células que impulsan el crecimiento del cáncer”, dijo la Universidad de Michigan (UM) Comprehensive Cancer Center recientemente, tras la publicación de varios otros estudios que muestran que los tratamientos contra el cáncer convencionalmente aceptados son un completo fracaso. “En lugar de tratar de matar todas las células de un tumor con quimioterapia o radiación, creemos que sería más eficaz utilizar tratamientos dirigidos directamente a las células madre del cáncer”.
Fuentes incluidas en este artículo:
http://www.reuters.com
Jonathan Benson | Natural News
Traducción JM | Disiciencia
Imagen: bebesymas.com
 



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jueves, 24 de abril de 2014



¡Hola a todos!

Soy Montserrat Valverde Romera y vivo en Las Palmas de Gran Canaria. En julio de 2012 me diagnosticaron cáncer de mama. Aunque nunca se me pasó por la cabeza que eso me pudiera pasar a mí, ocurrió. La confirmación médica del mismo no fue una sorpresa, yo sabía que era cáncer, la observación de síntomas en mi cuerpo me lo decía, sentía el cáncer.

A partir de ese momento todo se tambaleó, vinieron las agónicas pruebas, lista de espera para la cirugía, primera operación, resultados desfavorables de la misma, una segunda operación con mastectomía radical, posibles tratamientos, etc., y mientras tanto, en todo ese proceso de muerte, llanto y desesperación llega mi primer rayo de luz, una frase que leo de una ex paciente de cáncer “hay que ser el protagonista de la enfermedad”. En mi interior caló hondo, yo soy la protagonista de mi enfermedad, no son los médicos, ni mi familia, ni el hospital y sus pruebas, SOY YO.

Me pregunté a mi misma, qué era lo que podía hacer. Sentía que no tenía tiempo para buscar, que no tenía ganas de buscar fuera, y una segunda idea recorrió mi mente “todo tiene que ser más fácil, lo que necesito está conmigo o a mí alrededor”.

Me puse a buscar entre mis libros, el primero que leí fue La curación espontánea del Dr. Andrew Weil. El libro se centra en la alimentación como forma de curación y cuestiona duramente  los tratamientos ortodoxos del cáncer. Quedé sorprendida, pues no tenía ni idea de medicina y tratamientos, y daba por hecho que la ciencia médica curaba el cáncer. Tampoco sabía que los alimentos podían tener grandes beneficios para los pacientes  de cáncer, y para todos, en general.

Estudié Ciencias de la Información, Periodismo, creo que dichos estudios unidos a una personalidad investigadora me han ayudado a curar y a seguir documentándome sobre esta enfermedad y sus tratamientos. Fruto de esta investigación es este blogs que me gustaría que sirviese de apoyo para personas que estén pasando por este proceso de enfermedad.

Gracias a los descubrimientos que fui haciendo, a la escucha activa de mi cuerpo, a un estado de recogimiento que me embargó durante esos meses, logré sentir el cáncer no como un enemigo, un monstruo del que había que deshacerse, sino como una apertura a la vida, a la esencia de los seres humanos, y también como una transición a la muerte…, y cuando esto ocurrió, deje de luchar, ya no tenía que hacer nada, nada que buscar. Sentí que todo discurriría como estaba previsto, sentí que la vida y la muerte van unidas y que no había nada que temer.

La radioterapia induce el tratamiento de las células cancerígenas




 

Después de leer esta información me entró algo de desánimo, a mí me dieron radioterapia. Durante las 20 sesiones que recibí cada vez que salía de la sala me embargaba una gran tristeza, me habían informado de que su efectividad en la zona es de casi el 100% pero en mí solo estaba la sensación de que no debía recibir lo que estaba recibiendo, de que le estaba haciendo daño a mi cuerpo, de que tenía que cuidarlo y quererlo, y estas sesiones se me antojaban lo más lejano a eso. Muchas veces salía llorando...a pesar de ello acabe el tratamiento. Emocionalmente estaba muy cansada, la decisión sobre si me daba o no quimioterapia me había dejado extenuada, y no me sentía con fuerzas para seguir informándome sobre la radioterapia. En este caso, me dejé llevar, no decidí yo.
Publicado en la prestigiosa revista Cancer, un estudio llevado a cabo en el año 2012 en el UCLA Jonsson Comprehensive Cancer Center (UJCCC) describe cómo los tratamientos de radiación en realidad promueven la malignidad de las células cancerosas en vez de erradicarlas.
El estudio encontró que la radiación en realidad induce a las células de cáncer de mama para que formen más tumores, además las células mamarias tratadas con radiación tenían 30 veces más probabilidades de malignizarse. Aunque los tratamientos a base de radiación pueden revertir temporalmente los tumores, esto es  sólo una falsa apariencia en la erradicación total de la enfermedad, tal y como señala el estudio. El tratamiento puede parecer que funciona durante un corto tiempo, pero la proporción de células altamente malignas con respecto a las células benignas comienza a salirse fuera de control poco tiempo después. Esto puede llevar a una muerte inducida por el tratamiento – no por el cáncer original sino a partir del tratamiento de radiación en sí.
“Los investigadores del Departamento de Oncología de Radiación en el informe del Centro Integral del Cáncer Jonsson de la UCLA informaron que el tratamiento de radiación transforma las células cancerosas de mama en células madre cancerígenas resistentes al tratamiento, incluso matando a la mitad de todas las células del tumor.”
Aún más alarmante es el hecho de que los tratamientos de radiación pueden causar células madre cancerígenas, comportándose como células normales, para convertirse después en células que forman tumores. Los científicos no están seguros de cómo sucede esto.
Otro estudio publicado en la revista Stem Cells encontró que la radiación ionizante reprograma a las células de cáncer de mama menos malignas en iBCSCs. Las células madre del cáncer no responden a la quimioterapia y a los tratamientos de radiación, y es por eso que a menudo no funcionan estos tratamientos.
“Se cree que el cáncer de mama está organizado jerárquicamente con un pequeño número de células madre cancerígenas de mama (BCSCs) capaz de volver a hacer crecer el tumor, mientras que sus descendientes carecen de esta habilidad. Recientemente, varios grupos informaron del enriquecimiento de BCSCs cuando los cánceres de mama se someten a un tratamiento clásico. Sin embargo, los mecanismos subyacentes que conducen a este enriquecimiento se desconocen por completo”, dice el estudio.
El enlace al texto completo se puede encontrar aquí http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/cncr.27701/full