Ha habido novedades entorno al cribado de cáncer de mama mediante
mamografías. Se ha publicado en la revista médica British Medical Journal (BMJ)
probablemente el mejor trabajo de investigación hasta la fecha sobre el efecto
del cribado del cáncer de mama con mamografías periódicas a las mujeres, tras
25 años de seguimiento.
Lleva por
título Twenty five year follow-up for breast
cancer incidence and mortality of the Canadian National
Breast Screening Study: randomised screening trial. Abel Novoa,
médico y coordinador actual de la Plataforma
No Gracias de sanitarios por la transparencia en las relaciones con las
industrias médicas escribe
al respecto de su importancia: "es uno de esos que
probablemente marquen el principio del
fin de los cribados poblacionales mediante mamografía. Aquí traducimos
el contundente editorial también del BMJ al respecto y que denuncia como son
las creencias no científicas y los
intereses creados entre los médicos los que mantienen en este momento
los programas de cribado del cáncer de mama”.
Los resultados de este trabajo de BMJ ya
los adelantaban Peter C Gøtzsche,
director del Centro Cochcrane
(baluarte de la MBE) y Ole Olsen
hace 14 años en su atacado meta-análisis del 2000, publicado en otra “biblia”
de la evidencia, The Lancet, Is
screening for breast cancer with mammography justifiable? El
cribado no salva vidas pero hace daño.
El mega estudio canadiense viene a
avalar lo que se lleva argumentando ya tiempo de las mamografías. En términos
absolutos, hay un gran porcentaje de falsos
positivos (mujeres a las que se les dice que tiene cáncer pero luego
resulta que no es verdad) y sobrediagnóstico
(mujeres a las que se les detecta un tumor
cancerígeno pero que nunca llega a dañarlas) y por ello sobretratamiento y daño.
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