Yo lo primero que hice, incluso antes de que me confirmaran el
diagnostico de cáncer fue acudir a un nutricionista. Desde entonces sigo una
dieta vegetariana, casi crudívora, a la que le estaré eternamente agradecida.
Siento firmemente el dicho de que “somos lo que comemos”.
Además, suelo consumir productos ecológicos en la medida en la que puedo,
y aunque es cierto que son más caros, yo personalmente gasto menos dinero en comida
que antes de iniciar la dieta, principalmente porque no ingiero nada que no sea natural y porque como menos
cantidad de alimentos. Sobre todo mis cenas consisten en un licuado de dos
peras, lechuga y un limón, alguna pieza de fruta y frutos secos.
Además, cada día estoy más contenta de ayudar a proteger nuestro medio
ambiente con estas pequeñas acciones. Cada día soy más consciente de que
formamos parte de este planeta Tierra en comunión con todo lo que nos rodea.
Consumir menos, apreciar los alimentos y comer de forma consciente y con
agradecimiento hacia lo que ingiero forman parte de mi día a día.
El cáncer es la epidemia
del S XXI y su incidencia va en aumento. Se estima que 1 de cada 3 personas
sufrirá cáncer a lo largo de su vida. Y lo más alarmante es que cada vez es más
frecuente en gente joven.
Los cánceres cuya incidencia más ha
aumentado en los últimos años son los de mama, colon, pulmón, ovario y piel,
que son precisamente los más relacionados con un mala alimentación y con la
exposición a tóxicos ambientales. Se estima que se podría reducir entre un
30-40% la incidencia de cáncer con una alimentación óptima. Así que si tenemos
una herramienta que nos puede ayudar a prevenir y tratar el cáncer ¿por qué no
ponernos manos a la obra?
El cáncer se produce por
una pluralidad de factores. Es necesario que se den determinadas circunstancias
para que se produzca la enfermedad. No todo el que fuma tabaco sufre cáncer, ni
todo el que come de una manera sana estará libre de enfermedad, pero sí es
cierto que los fumadores tienen más riesgo de cáncer y las personas que siguen
una dieta sana y equilibrada tienen menos tasas de cáncer.
Una alimentación
correcta es un complemento ideal para los tratamientos médicos convencionales.
La alimentación puede potenciar los efectos beneficiosos de quimioterapia y
radioterapia y disminuir sus efectos secundarios.
En la génesis de todos
los canceres hay varios mecanismos comunes:
1. Sistema inmune
deprimido
2. Acidosis extracelular
3. Ambiente
inflamatorio.
La dieta occidental
actual es rica en azúcares refinados, harinas blancas, grasas animales y grasas
trans y productos lácteos, y pobre en fruta y verdura. Hemos perdido nuestra
ancestral y sana dieta mediterránea y hemos adoptado el modelo de alimentación
americano, rico en grasas, azúcares y lácteos. Todos estos alimentos favorecen
la inmunosupresión, la acidosis y el ambiente proinflamatorio. Fácilmente
podemos establecer la conexión cáncer-alimentación y entender por qué la tasa
de cáncer en gente joven han aumentado de manera abismal en la última década.
Simplemente eliminando estos productos estaremos plantándole cara al cáncer.
Las células tumorales
tienen avidez por la glucosa, se alimentan del azúcar que ingerimos con los
alimentos. Tan clara es esta asociación que cuando a un enfermo con cáncer le
realizan un PET para saber si existen metástasis, lo que hacen es inyectar
glucosa y flúor intravenoso y posteriormente realizar un TAC para captar las
zonas con hiperglucemia. Por lo que en personas con cáncer es muy importante
eliminar los azúcares y mantener unos niveles de glucosa en sangre óptimos,
recurriendo a aquellos alimentos que ayuden a mantener la glucemia controlada
de manera constante.
Los alimentos con alto
índice glucémico (IG) son aquellos que tienen la capacidad de elevar rápidamente
los niveles de glucosa en sangre y por tanto son ideales para alimentar a las
células tumorales. Entre estos alimentos contamos con la glucosa, el jarabe de
glucosa, arroz y maíz, las patatas fritas, las harinas blancas, el arroz
blanco, el almidón de maíz, las pastas blancas de trigo, el pan blanco... Por
tanto, contamos con otra herramienta más para sitiar a las células tumorales
eliminando los alimentos con IG alto y sustituyéndolos por alimentos con IG
bajo que nos van a ayudar a tener la glucemia a raya. ¿Si el azúcar nos mata
cómo podemos endulzar? Como endulzantes se recomienda usar estevia, sirope de
agave, sirope de yacon, azúcar de coco o miel de acacia, todos ellos cuentan
con un índice glucémico bajo y en el caso de la estevia además podemos
aprovechar sus propiedades terapéuticas.
Los tóxicos ambientales
también influyen en el inicio y progresión del cáncer. Según la OMS hay
identificadas más de 200 sustancias como carcinógenas. Entre ellas: Tabaco;
Alcohol; Pesticidas; Parebenes y derivados del petróleo usados en cosmética;
Alquifenoles y Ftalatos usados en productos de limpieza; el Teflón usado como
antiadeherente en ollas y sartenes; Aditivos y Conservantes alimentarios; PCBs;
PVC; Plásticos de Policarbonato; presente en plásticos y latas; Metales pesados
(plomo, mercurio, cadmio...) y una larga lista de sustancias identificadas como
cancerígenas. Eliminando carcinógenos ambientales reduciremos la posibilidad de
sufrir cáncer y enlenteceremos el crecimiento de los tumores ya existentes.
Hay alimentos que nos
van a servir para eliminar células tumorales ya sea por su capacidad para
alcalinizar, por su poder estimulante del sistema inmune, por su efecto
antiinflamatorio o estar repletos de vitaminas, minerales y antioxidantes o por
poseer determinados fitonutrientes, móleculas con demostrada actividad
anticancerosa. Por ejemplo la quercetina de cebollas y manzanas, el resveratrol
de la uva negra y el vino tinto, la epigalocatequina-3-galato del té verde, el
Indol 3 carbinol de las crucíferas, el licopeno del tomate, la curcumina de la
cúrcuma, la aliína del ajo, los terpenos de las hierbas aromáticas, etc. La
buena noticia es que la mayoría de alimentos anticáncer no actúan a un solo
nivel, sino que tienen varias propiedades anticáncer.
Alimentos con IG bajo
que ayudan a regular la glucemia Los vegetales y hortalizas, las hierbas
aromáticas, la canela, los frutos secos, las semillas, las legumbres, el trigo
sarraceno, la quinoa, el amaranto, el arroz negro, las manzanas, las ciruelas,
los melocotones, la chirimoya, la granada, las mandarinas, las fresas, la
estevia, el agave...
Alimentos
antiinflamatorios:
Algas, Semillas de Lino,
Cúrcuma, Frutas secas y en general todos los alimentos con pigmento verde.
Alimentos
Alcalinizantes:
Mijo, Germinados,
Hortalizas, Frutas frescas y secas, Limón, Patata con piel, Piña, Tomate,
Manzanas, Setas, Estevia, Cúrcuma, Jenjibre, Cebolla, Calabaza, Semillas,
Algas, Alimentos fermentados
Alimentos ricos en Omega
3:
Semillas de lino,
Nueces, Aguacate, Vegetales de hoja verdeEstimulantes del sistema inmune
Setas, Fruta y Vegetales en general
Antioxidantes:
Acaí, Té verde, Vegetales de Hojas verdes, Cacao y Chocolate >85% cacao, Algas, Germinados,
Legumbres, Fruta y sobre todo Frutos rojos, Piña y Papaya ...
Antiangiogénicos (evitan las metástasis):
Ajo, perejil, apio, cúrcuma
Alimentos ricos en vitaminas y oligoelementos (zinc, magnesio, cobre, selenio, etc)
Sésamo, Vegetales y Frutas de pigmentos fuertes: Pimientos, naranjas, limones, rábanos, zanahorias, uvas, frutos rojos, nabos; Legumbres, Germinados, Setas, Algas...
Alimentos pre y
probióticos:
Chucrut, Kimchi, Miso,
Tamari, Kefir, Leche materna.
La forma de cocinar los
alimentos también es muy importante en la lucha contra el cáncer. Debemos evitar los fritos,
los rebozados, ahumados, encurtidos y barbacoas. Daremos prioridad a los
alimentos crudos, al vapor y hervidos. El 50% de los alimentos que consumamos
deberían ser crudos. Por eso los zumos, batidos y ensaladas deben ser los
protagonistas de nuestra dieta.
La dieta ideal para
luchar contra el cáncer es una dieta vegana variada basada en productos
ecológicos y de temporada y preparada de manera artesanal dando preferencia a
los alimentos crudos y vivos.
- Sería una dieta rica
en pigmentos naturales de frutas y verduras, Rica en semillas y germinados y
con abundantes zumos y batidos verdes.
- La dieta vegana ayuda
a reparar el ADN nuclear, neutraliza los radicales libres, repara las membranas
celulares, estimula el sistema inmune, detoxifica y limita la extensión de los
tumores.
- Además de ingerir
alimentos debemos mantener una actitud positiva, entusiasta y de agradecimiento
hacia la tierra, los alimentos y la vida.
- Ayunar de vez en
cuando es muy recomendable. Tiene efecto terapéutico disminuyendo la actividad
del tumor, reparando el ADN celular y reducción la percepción del dolor.
Artículo publicado por la Dr. Odile Fernández en Revista Uakix
No hay comentarios:
Publicar un comentario
SI QUIERES, DEJA TU COMENTARIO